Octubre 2020
Tal vez, como anuncian las melodías de mi ciudad, tal vez, sí, tardé, en llegar al paisaje de las lunas soterradas, escondidas, entre su plúmbea belleza, por finas tiras de mansa luz amamantadas
Tal vez, como anuncian las melodías de mi ciudad, tal vez, sí, tardé, en llegar al paisaje de las lunas soterradas, escondidas, entre su plúmbea belleza, por finas tiras de mansa luz amamantadas
Plumas de nieve, en borlas de colores, hasta ti me acercan
¿quieres ser mi diosa esta noche? Mi fugaz acuarela amada
Solo a lo lejos regodean mis lágrimas al visitar tus campos vestidos de tristeza. Solo de lejos me atrevía a amarte. Allí escuché a mis sombras recitar el sordo sonido de mi grito amado
Margaritas de suelo azul. Tupido con parábolas de sordas palabras sin sonido
Caminan en mis sentidos, explorándote, versando a tus infinitas enredaderas. Voluptuosa eres tú, mi voluntad. Y alabo tu mirada hermosa
No, no arribé tarde a las batallas de besos danzantes entre vaporosos espejos de bellos versos. Lejos resuenan como almas cristalinas, victoriosas sobre armas derrotadas
Luego se agotó la sed del alma donde ahora come el cuerpo, hambriento de un océano en calma
Y si así fuera, alambres y espinos se alejan de mis estambres. Transformados en olivos. Envueltos en viento ceniza. Notas de mi tranquila partitura que me desliza
Solo a lo lejos regodean mis lágrimas al visitar tus campos vestidos de tristeza. Solo de lejos me atrevía a amarte. Allí escuché a mis sombras recitar el sordo sonido de mi grito amado
Margaritas de suelo azul. Tupido con parábolas de sordas palabras sin sonido
Caminan en mis sentidos, explorándote, versando a tus infinitas enredaderas. Voluptuosa eres tú, mi voluntad. Y alabo tu mirada hermosa
No, no arribé tarde a las batallas de besos danzantes entre vaporosos espejos de bellos versos. Lejos resuenan como almas cristalinas, victoriosas sobre armas derrotadas
Luego se agotó la sed del alma donde ahora come el cuerpo, hambriento de un océano en calma
Y si así fuera, alambres y espinos se alejan de mis estambres. Transformados en olivos. Envueltos en viento ceniza. Notas de mi tranquila partitura que me desliza
don dumas
Me hiciste recordar un paseo que hice hace unos años al desierto, majestuoso y solitario, cálido y sombrío, su arena suave te acaricia al tiempo que te hunde, la delicada brisa que te envuelve sin ser suficiente, el musical silencio que se rompe con el crujir de los asientos de madera y al inspirarte deja una sensación de plenitud y los sentimientos afloran.
ResponderEliminarMe gustó la sensación que me dejó leerte
😗
El desierto nos señala con cada uno de sus diminutos granos de arena. Nos hace sencillos pero libres. Su vasto paisaje nos hace pensar y nos inspira. En el se pierde nuestra mirada, en su infinito nuestra ignorancia.
EliminarDelicioso tu comentario. Me encantó.
Gracias
Estos paisajes internos,muchas veces en blanco y negro nos conducen a tener una mirada diferente. Desde esa "neutralidad" de color, podemos sentir internamente toda la carga casi onírica que quiere salir y expresarse.
ResponderEliminarTe entiendo desde ese lugar de reflexión en voz baja. Desde la mirada hacia ti mismo. Y esa voluptuosa imagen de tu voluntad, como una diosa quizás, creciéndose,y creciendo en tu deseo.
Bellísimo texto. Un placer,como siempre.
(Me he liado?)
Besos
Hola Luna. No te lías. Me gusta siempre tu interpretación y tu visión poética. Solo se que el tiempo nos pasa como un rodillo y nuestra voluntad en muchas ocasiones es solo una invitada solitaria y descomunal...
EliminarBesos a tu inspiracion