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Octubre 2016
El sopor impregna a las vírgenes que habitan el inmenso jardín
en la
noche en la que predominan los consejos de los búhos
sin
cascabeles que hagan sonar alarmas de papel
Lejos se
vislumbra aún la verdad tapada por la realidad
Lejos
está aun para verme morir
El viento
reparte besos entre los penitentes que ya no creen
mientras
se acuesta el sabio que creció de pie
Pasea la
marmórea escultura entre tumbas y escudos
buscando
si de negro se tiñen las aceleradas cejas de la cigüeña
Ellas
sienten vértigo cuando se esconden detrás de Dios
saliendo
a su encuentro difamando con un vaso de agua en sus manos
volteando
las palabras que recogen en los arbustos quemados
Fina
sensación que se corta con el afilado acero de la sensatez
estropeadas
caricias que se olvidan durante la noche
caminando
sin caer jamás en los lagos salados de la ansiedad
creyéndose
luces revoloteando sobre círculos sin principio y sin final
Cae
silenciosa la lágrima prisionera en los ojos del lobo
cuando
nadie la siente cerca ni lejos y sin prisa por regresar al origen
Azules
ideas posan delante del viejo devenir
Ahora que
todo sale nada entrará. Vuelvo y nadie detrás de mi.
don dumas
