¡Asoma tus ojos a la estación de la lluvia! ya no es enero;
ofrécele los aromas danzantes de
tus sueños
déjalos marchar
vacíos, hacia su extenuante lago
vacíos, hacia su extenuante lago
Es lo que tú esperas, tocar la suavidad
de ese huidizo viento, hasta su momento,
arrastrado por sinuosas figuras, diluido con el blanco pensamiento
Rugosas manos
de estrella endiablada
acarician el sonido del deseo
arden infieles
de estrella endiablada
acarician el sonido del deseo
arden infieles
abrasan como una ofensa ¡Dios me
libre de pecarte!
Si apenas se amarte
Si apenas se amarte
Y esperas. Rosa se hace el tiempo
Y cada espera es filo hiriendo en la cima
Muy cerca del hambre. Tan lejos de tu árbol
De ese árbol se escurre la triste
mirada con la gota víctima
arrojada a nuestro barro
en un charco de desconsuelo
¿Por qué no muere la tristeza? Ella
que siempre te hace morir
Ella, tan bella
Ella, tan bella
Te ahoga sin sentir
Y esperas, desarmado, hasta el final
para crear su cíclico principio
para crear su cíclico principio
asomado en el fondo de los negros
reproches
sentado en el suelo de su noche
sentado en el suelo de su noche
Un ramo de flores, oliendo a
caramelo, flota sin dueño
escribía la dolorosa compañera
sobre el estaño
Me alivia verte en el reflejo dorado de la estancada sibilina
reflectando vivo su vigor sobre el
muro de tus palabras irinasdon dumas