Hay dóciles momentos
Que se tocan, extraños en el tacto de las cosas
Hacen que la noche no exista
Luz extinta de penumbra imaginación
Solo unos dedos irradian
Alargándose en deseos ininteligibles
Encaprichados en las sombras de alejadas caricias
Resienta en el calor, adonis de amor muerto
Abrupto golpeando en los marcos de una vida
Sobre el rostro imposible, ajeno, pidiendo beber en sed
Existe, dejará de ser, en los minutos que llueven
Avanzando en una escarpada espalda reino que emerge
Se oye en música serena, oscura tentación
El inclinar sus finas notas en velas la breve melodía
Llamarada que baila rictus en un sueño
Arden los puentes tediosos en bálsamo
Abrumada pervivencia, en derrumbada plenitud
Escondidos en la medianía, huyen en la boca de la soledad
Del viento por no ahogarse, del tiempo para no existir
Huida sigilosa hasta agotarse
Agotadas todas las visiones ajadas en terciopelo
Benditas en perlas, bendecidas de esclavitud
De manos perdidas en
cantos que no cesan
Dóciles momentos llegando hasta el permisivo final
Escapando hasta la
tierra más alejada
arrancada de unos ojos enormes
Que mirandon dumas
Es divina tu poesía. Me encanta!
ResponderEliminarLa veo llena de misterio. Parece una luz tentadora.
Un beso grande, Don Dumas.
Hola Carmen. Me encanta que te haya gustado y que sientas su misterio!!
EliminarUn beso grande
El reto sería que la docilidad de esos momentos se mantuviera mientras transmutan en otros indeseados...Pero, cómo se hace eso? La desaparición de esos "dóciles momentos", siempre causa una quiebra en el espíritu. En el fondo puede que sean más rebeldes que dóciles; la eterna antinomia de la vida.
ResponderEliminarMe encantaron las escenas que ilustras y el ritmo del poema... Es como si quisieras eternizar ese placentero momento. Bellísimo siempre leerte. Besos Don Dumas.
Hola Marisa. Alargar entonces los momentos dóciles será lo ideal. Hay momentos que no elegimos. Hay momentos que nos sobrevienen y elegimos como afrontarlos. Me quedo con los placenteros....Que bonito tu comentario.
EliminarBesos
Una tentación en la cual dejarse caer, dejarse llevar y transportar, disfrutándola en cada detalle, en cada instante... como con tus letras.
ResponderEliminarBesos e inicia muy bien tu semana.
Hola Alma. Es un pecado no disfrutar de aquello que podemos hacerlo. Porque no somos máquinas. Verdad?
EliminarMe encanta tu compañía.
Un beso
Sin embargo siento el poema como algo onírico,no sé si es la construcción,las palabras que elegiste,pero, cuando te leo, me hace recordar algunos sueños ininteligibles,que te sumergen en esos momentos dóciles donde todo parece fluir (justamente porque es un sueño,y allí ocurren cosas también pero no podemos manejarlas).
ResponderEliminarQué buen poema Don, este es uno de los más herméticos te diría,quizás no tanto por el significado sino por las palabras y las imágenes que describen.
Un placer,como siempre!
Un beso!
Luna, el universo onírico invade toda poesía. Me siento como un satélite que recoge las estelas que va dejando. Esas señales que a veces recogemos. Y desde luego en los sueños tocamos su mano. La sensación onírica que me describes me emociona.
EliminarGracias
Un beso!