He estado al cuidado de aquellos
cuerpos mutilados
Tan lejos de la mirada de unos ojos
Tan cerca del oscuro pensamiento
Resguardado siempre entre sus
costados
Enterrados en el aire
Del que sus sinónimos puedan
respirar
En este largo mes de Enero
Sin asfixiarse
Sientes que el cáliz del río
desaparece ante ellos
En Anatolia, huérfanos y etéreos
Herederos de la conquista de
Constantinopla
¡¡Oh Dios!!
Tú me dijiste que me salvarías
Revuélveme con tus
días
don dumas