domingo, 3 de junio de 2018

LAS PROFECIAS DEL SANTO

He encontrado en el día de hoy mi vocación. MI espíritu. Eres tu. Poesía.
Pienso en Poesía. Escribo en Poesía.
Y los pasos que doy son pasos que dejarán perpetua la huella de la vida.
Perfecta reencarnación
Donde ya no espero. No desespero. Mientras escucho al mundo gritar.
Lo observo como un teatro. Como vida que se expira. Anillo de mi vida.
Pues he visto a mi hijo morir. Y verlo partir cruje el alma.
He llorado y secado mis lágrimas con vendas de olor a flor desconocida.
Sin hallarse en el Edén.
Será mirarme para no verme. Apenas podrás creerme. Y sigo y seguiré eternamente
para ti. En color serpiente.
Bebo en la oscuridad de la noche la ansiada luz que ilumina la burbuja que de mi sale.
Si no voy a poder ser paloma dejarme ser esqueleto. Me rompo siendo tan sencillo que tengo que endurecerme en egoísmo.
Que hermoso es pensar en colores y que sombrío no pensar nada mas que en el color negro de la muerte. Paisaje que me envuelve en eterno paisaje. Y vuelve a envolverme así, sin final.
Pero se que cuando escucho esa voz interior que me golpea las sienes es la del propio Dios.
Cúbreme en tu infinidad con la deidad que deje de hacerme hombre.
Cruje hoy el temblor. Escucho el eco de unos huesos huecos escondidos en mi tumba.
Ellos me hablan: la vida es el sigilo del alma.
Muerte en calma.
La miseria se refleja en el sombrío espejo. Mi miseria de lamparones azules carcomiendo el cristal.
Distorsionando cruelmente mi propia locura. Locura que ya no flota. Locura que me agota. Hoy vuelvo a ser el hombre de las mil distancias.
He perdido tanto tiempo sólo para buscarte a ti.
Rezo siendo verso inmerso en la oscuridad de la oscura locura.  Riéndome en la habitación de la tortuosa nada. Nadie me evita
Busco el tormento para estar a solas con mi lucidez. Me espanto si no la encuentro dentro. Espectro que me envuelve en su atmósfera cuando lo tiento. Tan impalpable como el miedo.....
Soy yo y eres tu. En tormento compartido. Mirando el horizonte sin Norte. Eres tu y soy el Yo.
Espero ser sólo una canción. Perenne sinfonía de sonidos estridentes flotando en una alcoba. Amaneciendo en un calor que no es fuego de Sol. Que no abandona el frío de Luna.
Hoy escuece pensar. La bruma se hace perenne. Te encuentras ausente. Sólo palpo sueños y traición.
¡Mi espíritu agonizando en versos!
Abandono aquellos espacios de tormentas en llanura y cordilleras. Abandono el paraje sobre el que acamparon mis sueños. Ya sólo busco los sentimientos. De nuevo en la esfera.
Como Platón en su cueva en busca de Luz. Como Dios en su nave buscando al Hombre: soy su oscuro milagro.
Me ha vencido el hombre, el blanco sonido de la materia. Soy espíritu. Acaso soy esa voz que no destruye.

Y nunca se destruye cuando el silencio habla

don dumas


4 comentarios:

  1. Tantos significados en tus palabras, sin embargo me quedo con ese final que me ha calado "...Soy espíritu. Acaso soy esa voz que no se destruye. Y nunca se destruye cuando el silencio habla." Perfecto.

    Un beso.

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    1. Alma, es un placer que te haya gustado este poema, tan especial para mi. Gracias por tu hermosa lectura y tu compañía.
      Un beso

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  2. Así es, una profecía,un desdoblamiento entre tu luz y tu sombra, tu dolor y tu esperanza (un tú generalizado hacia el hombre casi te diría).
    Ese reclamo que nace desde la víscera que escapa muchas veces a la razón.
    Un texto intenso lleno de luces y sombras como te digo más arriba.
    Un abrazo enorme.

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    1. Hola Luna. Cierto: la dicotomía, tempera donde se recogen todas las profecías del hombre, que tanto me inspira. La mía propia. Gracias por visitarme. Es un placer siempre.
      Un abrazo enorme

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