He encontrado en el día de hoy mi
vocación. MI espíritu. Eres tú. Poesía.
Pienso en Poesía. Escribo en
Poesía.
Y los pasos que doy son pasos que
dejarán perpetua la huella de la vida.
Perfecta reencarnación
Donde ya no espero. No desespero.
Mientras escucho al mundo gritar.
Lo observo como un teatro. Como
vida que se expira. Anillo de mi vida.
Pues he visto a mi hijo morir. Y
verlo partir cruje el alma.
He llorado y secado mis lágrimas
con vendas de olor a flor desconocida.
Sin hallarse en el Edén.
Será mirarme para no verme. Apenas
podrás creerme. Y sigo y seguiré eternamente
para ti. En color serpiente.
Bebo en la oscuridad de la noche la
ansiada luz que ilumina la burbuja que de mi sale.
Si no voy a poder ser paloma dejarme
ser esqueleto. Me rompo siendo tan sencillo que tengo que endurecerme en
egoísmo.
Que hermoso es pensar en colores y
que sombrío no pensar nada mas que en el color negro de la muerte. Paisaje que
me envuelve en eterno paisaje. Y vuelve a envolverme así, sin final.
Pero sé que cuando escucho esa voz
interior que me golpea las sienes es la del propio Dios.
Cúbreme en tu infinidad con la
deidad que deje de hacerme hombre.
Cruje hoy el temblor. Escucho el
eco de unos huesos huecos escondidos en mi tumba.
Ellos me hablan: la vida es el
sigilo del alma.
Muerte en calma.
La miseria se refleja en el sombrío
espejo. Mi miseria de lamparones azules carcomiendo el cristal.
Distorsionando cruelmente mi propia
locura. Locura que ya no flota. Locura que me agota. Hoy vuelvo a ser el hombre
de las mil distancias.
He perdido tanto tiempo sólo para
buscarte a ti.
Rezo siendo verso inmerso en la
oscuridad de la oscura locura. Riéndome en la habitación de la tortuosa
nada. Nadie me evita
Busco el tormento para estar a solas
con mi lucidez. Me espanto si no la encuentro dentro. Espectro que me envuelve
en su atmósfera cuando lo tiento. Tan impalpable como el miedo.....
Soy yo y eres tu. En tormento
compartido. Mirando el horizonte sin Norte. Eres tú y soy el Yo.
Espero ser sólo una canción.
Perenne sinfonía de sonidos estridentes flotando en una alcoba. Amaneciendo en
un calor que no es fuego de Sol. Que no abandona el frío de Luna.
Hoy escuece pensar. La bruma se
hace perenne. Te encuentras ausente. Sólo palpo sueños y traición.
¡Mi espíritu agonizando en versos!
Abandono aquellos espacios de
tormentas en llanura y cordilleras. Abandono el paraje sobre el que acamparon
mis sueños. Ya sólo busco los sentimientos. De nuevo en la esfera.
Como Platón en su cueva en busca de
Luz. Como Dios en su nave buscando al Hombre: soy su oscuro milagro.
Me ha vencido el hombre, el blanco
sonido de la materia. Soy espíritu. Acaso soy esa voz que no destruye.
Y nunca se destruye cuando el silencio habla
don dumas
Tantos significados en tus palabras, sin embargo me quedo con ese final que me ha calado "...Soy espíritu. Acaso soy esa voz que no se destruye. Y nunca se destruye cuando el silencio habla." Perfecto.
ResponderEliminarUn beso.
Alma, es un placer que te haya gustado este poema, tan especial para mi. Gracias por tu hermosa lectura y tu compañía.
EliminarUn beso
Así es, una profecía,un desdoblamiento entre tu luz y tu sombra, tu dolor y tu esperanza (un tú generalizado hacia el hombre casi te diría).
ResponderEliminarEse reclamo que nace desde la víscera que escapa muchas veces a la razón.
Un texto intenso lleno de luces y sombras como te digo más arriba.
Un abrazo enorme.
Hola Luna. Cierto: la dicotomía, tempera donde se recogen todas las profecías del hombre, que tanto me inspira. La mía propia. Gracias por visitarme. Es un placer siempre.
EliminarUn abrazo enorme