En sus tumultuosas sombras cosidas a oscuras bruces
Déjame sentirte, que es tu carne desierta el viento de las calles
Déjame sentirte, que es tu carne desierta el viento de las calles
La seca libertad arremolinada a mis pies, a mis malditos huesos desnudos,
perseguidos por la escoria del hombre
Somos los árboles mojados con el veneno escrito de nuestras pesadillas
Una nariz rota, asoma delante de mi tullido espejo, sueño, sueño
Y los miedos, caprichosos, descubren sus verdades escondidas entre mis lisas paredes
don dumas
perseguidos por la escoria del hombre
Somos los árboles mojados con el veneno escrito de nuestras pesadillas
Una nariz rota, asoma delante de mi tullido espejo, sueño, sueño
Y los miedos, caprichosos, descubren sus verdades escondidas entre mis lisas paredes
don dumas
Una suplica a oscuras, un gusto leerte amigo. Saludos.
ResponderEliminarHola Sandra, desciendo de mis infiernos para saludarte
EliminarGracias, Saludos
Se remiendan lóbregas las mentiras, ante la súplica desmedida de la verdad lúcida y oculta; y rechinan incertidumbres y temores, embalsamándonos en vida…
ResponderEliminarProfundo y sentido clamor…
Un verdadero placer leerte, querido amigo.
Abrazo grande, y muy feliz día.
Hola Ginebra, la vida, tan oculta como la verdad, tu lo expresas maravillosamente, con esa belleza mágica de tu pluma
EliminarGracias Ginebra
Besoss