15 Mayo 2020
No soy el terror que abruma
en los cementerios
No soy miedo enterrado
Soy el pegajoso Terror que se encuentra a tu alrededor
Sinuoso y cercano
Imperturbable
Abarcando tu espacio miserable
En el rostro de una muñeca
Escondido en el cajón de un día desolador
En la mirada de quien te observa
Allí estoy yo
Miedo que impregna tu piel
con profundos alaridos solitarios
que te impiden crecer
Sin noche, sin amanecer
Soy lo imposible para ti
con mi mano helada
acariciando esa mirada
hipnotizada por la Nada
don dumas
Uf, tremendo.
ResponderEliminarPor fin lo encontré.
Sin duda me lleva al texto que te comento de Mariana Enríquez, que transcurre entre la desolación,la sordidez y la oscuridad. Lo denso,lo irremisible.
Así me suena este poema.
Y esos últimos versos,realmente demoledores.
Impresionante.
Un beso!
Me alegra que te haya gustado. Y es que en cualquier rincón, en cualquier espacio, nos podemos encontrar o topar, no solo con la felicidad, sino con el miedo: la vida es así. Es un placer tu comentario, tu lectura, tu visión. Me aporta mucho tu prisma.
EliminarUn beso.