8
Enero 2012
Tendido
sobre mi desesperación
retomo en
éxtasis
eclipse
de mi vida
en los
momentos más sinceros
mientras
tus manos me aprietan,
escuchando
canciones inauditas y amargas,
que como
finas flechas en mi piel se clavan,
y hacen
emerger emociones aletargadas
que
asoman miedos que aun perviven.
Ese es el
Dios que yo esperaba
Tan lejos
y tan cercano
incrustado
en advenedizos sueños
de mis
viajes sin retorno.
Eliges tu
destino
sin ti
dibujando
un laberinto con cada paso que se da
esperando
no encontrar la puerta más cercana
y
continuar despistado
entre las
sombras del pasado.
No quiero
mirar hacia atrás
para ver
la hoguera que quema los recuerdos
Anhelo la
oscura nube que me llevará
hacia
eternos paisajes
en
cuerpos que no duermen.
Nunca
escuché voces ocultas que me guiaran
benditas intuiciones
que aliviaban
la
espesura de mi sendero.
Siempre
huyendo de las decisiones
esquivando
sus miradas
por no
querer equivocarme.
Y siempre
errando
Por no
querer existir
Dejé de
serlo
don dumas
Qué rotundidad! Es inflexible, no hay cambios de ritmo... Si escribes a lápiz seguro que te cargas un montón de veces la punta... O te quedas sin mina enseguida. La fuerza interior sale al exterior. Qué chula!
ResponderEliminarY si. Inflexible como el paso del tiempo. Buscando el no tiempo
ResponderEliminarSoy siervo de la indecision.
ResponderEliminarClamo por la intuición. Allí, donde estés