26 Abril 1988
Supe esperar la ocasión
y a los dioses grité.
Compruebo
con exactitud
todos los movimientos.
Me esmero
en mis gestos
ante la sensación.
El fondo
gris me acompaña
y a la
silla empaña.
Ojos que
me miran
mirando mis ojos.
Al cabo
del tiempo
todo se enfría.
El frío
me invade
mis manos
se agarrotan,
no me controlo. Ahora,
es a la
vida todo
mi
pensamiento,
los ojos de mí se desvían.
Solo
queda una estela
un calor
de energía
que ha
sido evacuado
Nada
queda en mí
si no es un corazón parado.
don dumas
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